MI CINE (II): DIEZ PELÍCULAS DE CULTO.

Hola a todos.

Hoy hablaremos de una segunda entrega de muy buen cine.

MI CINE (II): DIEZ PELÍCULAS DE CULTO.

«Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”. Federico Fellini, director de cine italiano (1920-1993).

 

El invento del siglo.

El invento del siglo.

Nuestra primera entrega de diez obras maestras del cine se quedaba muy escasa. Como escasas se me antoja que serían veinte películas, cincuenta, cien o muchas más, pero… por algún punto había que empezar. Y hoy seguimos con otras diez excelentes películas que permanecen fijas en un rincón de nuestro pequeño corazón de duende. Como nuestra primera entrega, es una lista muy personal. Seguramente ya van faltando algún que otro título de cine de humor o bélico, por ejemplo. Pero, ya tendremos futuras oportunidades de seguir hablando de otras buenas películas y otros géneros. Estas diez nuevas películas están en un perfil social, de sentimientos, son de las que llegan al alma, conmueven y permanecen. Hoy tampoco hablamos de clásicos del cine (la más antigua es del año 1961) pero, creo, sí son ya clásicos inolvidables. Todas nos parecen grandes películas de enormes y brillantes directores. Y, como es nuestro bien intencionado propósito, las recomendamos porque creemos que en estas películas se encuentran garantizadas todas las emociones y sentimientos, la espectacularidad del buen cine y un innegable enriquecimiento personal. En fin, espero haber aceptado en mis personales recomendaciones de esta ocasión y que, por lo menos, alguno de vosotros coincida con mis gustos. Ahí van mis diez nuevas joyas…

 

1/ Jules y Jim.

 

Director: François Truffaut (1932-1984).

Año: 1961. Rodada en blanco y negro.

Nacionalidad: Francia.

Duración aproximada: 104 minutos.

Premio destacado: 2 nominaciones a los premios BAFTA 1962: Mejor película y mejor actriz extranjera.

Principales Intérpretes: Jeanne Moreu, Oskar Werner, Henri Serre, Marie Dubois, Vanna Urbino.

 

Comentario: En mi opinión una magnífica película. Una sinfonía delicada y hermosa de la conocida corriente francesa de cine de La Nouvelle Vague o New Wave (nueva ola). Pero, seguro estoy, que no será una opinión unánime entre los espectadores. Porque esta película no deja indiferente a nadie, hacia un extremo o hacia el otro. Ahora bien, lo que es indudable es que no genera opiniones de medias tintas. Es una película de personajes y sentimientos. Pero, ojo, de otro tipo de sentimientos y relaciones, más liberados, atípicos y personales, muy alejados de la moral cristiana convencional y mayoritariamente admitida. Porque no se me ocurre otra película que pueda molestar más a la iglesia cristiana en cuanto a las interpretaciones de los sentimientos (si alguno de mis lectores es un sincero cristiano, no veas esta película, puede que hiera tus sentimientos morales). Jules, austriaco, y Jim, francés, son dos jóvenes que traban amistad en el París de primeros del siglo XX. Los amigos conocen a la joven Catherine y ambos se enamoran de ella. La primera guerra mundial los separa pero, milagrosamente, salen ilesos y se vuelven a reencontrar una vez finalizada la contienda. Ahora Jules y Catherine se han casado y tienen una preciosa hija. Invitan a Jim a pasar unos días en su chalet y allí se inicia una relación sentimental entre los tres, consentida y llevada con mucha naturalidad. Pero todo terminará de forma dramática pues siempre hay una insatisfacción insuperable en la joven Catherine, una infelicidad que la empujará a la locura. Algunas de las frases de sus protagonistas: en el amor, la pareja no es el ideal… tú has querido inventar el amor… pero hemos jugado con los principios de la vida y hemos perdido (Jim a Catherine). En un momento de felicidad, cuando el trío protagonista y su pequeña niña juegan a tirar piedras blancas que rebotan en la superficie del lago, dirán, el cielo estaba allí mismo. En fin, una película distinta y, repito, en mi modesta opinión, bella y magistralmente realizada, que nos libera de convencionalismos sociales y nos hace algo más libres y tolerantes con las debilidades emotivas del espíritu humano. Auténtico cine de autor o, lo que es lo mismo, una obra maestra gestada, mimada, parida y querida por gran François Truffaut. De nuevo, la considero imprescindible para un enriquecimiento del alma humana, más liberal y progresista.

 

 

2/ American Graffiti.

 

Director: George Lucas (1944- ).

Año: 1973.

Nacionalidad: Estados Unidos de America.

Duración aproximada: 110 minutos.

Premio destacado: 5 nominaciones a los Oscars de 1973: Película, Director, Actriz secundaria, guión y montaje.

Principales Intérpretes: Richard Dreyfuss, Ron Howard, Charles Martin Smith, Paul le Mat, Candy Clark.

 

Comentario: Igual que hizo Fellini y otros muchos directores, en esta película Georges Lucas (mucho antes de convertirse en mega empresario del celuloide) echa mano a sus recuerdos de juventud para ofrecernos una hermosa y emotiva película. Autos enormes recorriendo las calles, arriba y abajo, sin rumbo cierto, en una pequeña ciudad norteamericana y en una noche de verano de un fin de semana, allá por el comienzo de los años 60 del siglo XX. Automóviles clásicos que gastaban gasolina como un tanque (eso sí, combustible a precio de risa) y que eran la diversión de una juventud, como todas, alocada y descontrolada, frenética por vivir deprisa y, lamentablemente, a veces, por morir igual de rápido. Porque las primera juventud, la salida del cascarón, es muy igual y a la vez distintas en todos los lugares. Distinta porque se desarrolla en escenario muy dispares, con posibilidades muy contrastadas y, sobre todo, con costumbres muy étnicas. Pero, a su vez, iguales pues se trata de un ansia desmedida de sentir la vida y de confirmarnos como seres singulares y únicos. A esa edad, todos queremos hacernos notar, destacar… no, queremos deslumbrar. Nuestros primeros vaqueros, litros de agua de colonia o gomina, cien y un retoques ante el espejo, el primer pitillo, la panda de compadres, cada cual con su propia personalidad, la música de Rock and Roll (muchas veces, a través de la radio, como en esta película), los coches prestados  y, sobre todo, los primeros ligues, aquellas coquetas y tiernas amigas de gráciles y hermosas piernas por debajo de sus cortas faldas (en mi recuerdo de tigre gafapastas hay un bellozón, rubita de pelo liso que… bueno, bueno, sigamos, que me pierdo). Porque, si bien es muy cierto que la vida sólo se vive una vez, aquellas épocas de la alocada juventud se reviven muchas veces, y todos mantenemos en la frágil memoria gratos recuerdos con nuestros amigos de parrandas y discotecas: a los José María, Antonio, Ángel, Bernardo o Andrés. La propia vida nos ha separado y distanciado en el mayor de los casos, pero siempre quedará un recuerdo imperecedero en nosotros de un tiempo feliz y unos momentos únicos e irrepetibles que fueron importantes en nuestra formación como personas. En fin, que la adolescencia y la primera juventud es un patrón universal aunque se ejecute en escenarios muy dispares. Y esta magnífica película nos muestra una cuantas de esas historia juveniles y lo hace con belleza, maestría y con una banda sonora insuperable que nos envuelve todo el rato y nos transporta a aquellos frenéticos años sesenta. Una película que no hay que perderse, aunque sólo sea por entender que la vida, a pesar de que no nos lo parezca a esa inmadura edad, tiene sus tiempos, y que nunca hay que vivir muy deprisa pues se corre el tremendo riesgo de morir muy temprano; cosa esta muy patética, necia y lamentable.

 

 

3/ Bagdad Café.

 

Director: Percy Adlon (1935- ).

Año: 1987.

Nacionalidad: República Federal de Alemania (R.F.A).

Duración aproximada: 91 minutos.

Premio destacado: En 1988, Premio César a la mejor película extranjera.

Principales Intérpretes: Marianne Sägebrecht, Jack Palance, Christine Kauffman.

 

Comentario: Una película magnífica. ¿En qué se apoya una buena película? Esta respuesta no tiene una única respuesta: siempre ira en función de los gustos personales. A unos espectadores le encantará el argumento, a otros los actores o el director, y también se podrá opinar sobre gustos en cuanto a la calidad de la banda sonora; pero, las mejores, suelen funcionar en el conjunto de su producción. Pues bien, está película, en mi opinión, tiene todo esto y en su justo equilibrio. Sin necesidad de efectos especiales, ni explosiones, ni actores del Star system, se consigue una muy brillante película: una trama sencilla, unas interpretaciones soberbias, un director magnífico y una banda sonora inolvidable. Empieza la película con un matrimonio de turistas un poco raro, extremo. La esposa, Jasmin, es abandonada en mitad de la ruta por el marido. Pronto llegará a un cutre motel de carretera secundaria y allí conocerá a Brenda, la propietaria. Con este argumento el director nos ira mostrando un punto de vista optimista sobre la vida y las relaciones personales. Jasmin, por su personalidad introvertida pero inquieta, será el revulsivo necesario para cambiar la vida a un grupo de personas grises y marginadas que pululan en torno al Café Bagdad hasta llenar sus existencias de manera feliz y optimista (bueno, excepto la putilla y tatuadora del motel que se muda por haberse llegado a una situación de “demasiada armonía” para ella). Una película de autor en dónde toda la producción está muy cuidada y trabajada, y esto se traduce en un excelente trabajo que lleva a la implicación de los espectadores tanto en la trama como con los muy logrados personajes. Todos los actores realizan un extraordinario trabajo, pero me gustaría destacar al veterano Jack Palance, que en el ocaso de su carrera borda una interpretación inolvidable en el papel del pintor-decorador retirado y algo solitario, Rudi. Esta buena película nos viene a decir que, hasta en las circunstancias más extremas y desesperadas, los seres humanos tienen que levantarse todas las mañanas y volver a respirar. Es decir, que tienen que hacer prevalecer sus personalidades y centrarse en sus habilidades para continuar son sus tareas cotidianas y así vencer, casi sin darse cuenta, al ocasional desanimo y a la tristeza personal. Pues, con un poco de buena predisposición por nuestra parte, siempre será más fácil que se contagie a nuestro alrededor el optimismo y la bondad que la depresión y la tristeza. Una bella película que siempre recomendaré.

 

 

4/ Cyrano de Bergerac.

 

Director: Jean-Paul Rappeneau (1932- ).

Año: 1990.

Nacionalidad: Francia.

Duración aproximada: 137 minutos.

Premio destacado: En 1990, Oscar al mejor actor y 5 nominaciones más.

Principales Intérpretes: Gérard Depardieu, Vicent Pérez, Anne Brochet, Jacques Weber, Roland Bertin.

 

Comentario: De nuevo otra esplendida película de época (me chiflan las películas de época bien hechas. Se me nota, ¿no?). Cyrano de Bergerac (poeta y dramaturgo, 1619-1655) fue un personaje histórico real. Pero es famoso por haber inspirado a otro poeta y dramaturgo francés, Edmond Rostand (1868-1918), una de las mejores obra de teatro francesa de todos los tiempos titulada con su mismo nombre: Cyrano de Bergerac. Estrenada en París en el año 1897,  de inmediato consiguió un gran éxito y hacerse muy popular. Era una obra encuadrada en la corriente del Neorromanticismo de finales de silgo XIX. Y en esta obra se han basado varias versiones cinematográficas. Yo destacaría dos: la primera es del año 1950, dirigida por Michael Gordon y protagonizada por Mel Ferrer (ganando el oscar al mejor actor por su interpretación); la otra, más reciente, es de la queremos hablar. Gérard Depardieu es uno de los mejores actores franceses de todos los tiempos (en opinión de muchos, el mejor) pero, como todo actor que se precie, tiene su personal antes y después. Para este gran actor su antes y después es, sin duda, su magnífica interpretación de este Cyrano. Se podría decir que el argumento de la película es otra versión distinta de La bella y la bestia, de la belleza interior e intelectual del ser humano frente a la fealdad física del personaje (su enorme nariz, hasta lo grotesco y ridículo, que lo afea y acompleja. Desde un punto de vista físico, con razón, ¿verdad?). Este argumento nos lleva al tema: la belleza que se desprende de la nobleza extrema de algunas almas humanas. Esa nobleza encarnada en el personaje principal que ama de forma anónima, que se juega la vida por amor de forma discreta, sin alardes, que promete lo que puede cumplir y cumple lo que promete (¡ay, cuánto tendrían que aprender algunos políticos actuales del bueno de Cyrano). Hermosa obra de teatro y muy hermosa película que nos señala unos valores humanos que, por singulares y extremos, no son muy habituales entre las personas, así que no está nada mal lucirlos de vez en cuando en estos geniales personajes producto de mejor ingenio humano. Qué puedo decir para terminar, pues lo de siempre: que es una bellísima película, muy bien realizada y ambientada, que hay que ver de cuando en cuando porque se lo merece. O simplemente porque… ¡voto a Dios, el amor tiene razones que la razón no entiende!

 

 

5/ Caro Diario.

 

Director: Nani Moretti (1953- ).

Año: 1993.

Nacionalidad: Italia.

Duración aproximada: 96 minutos.

Premio destacado: En 1994, Mejor Director en el Festival de cine de Cannes.

Principales Intérpretes: Nani Moretti, Renato Carpentiere, Antonio Neiwiller, Jennifer Beals, Moni Ovadia.

 

Comentario: Esta es una maravillosa película que este duende, cada vez que la ve, no puede evitar sentir una especie de catarsis espiritual que tiene como consecuencia más inmediata una optimista recarga de pilas. No es una película de argumento lineal sino que se divide en tres capítulos: En Vespa, Islas y Médicos. En cada uno de estos capítulos Nani Moretti magistralmente nos ofrece una inteligente sátira de algunos aspectos de las sociedades occidentales actuales (aunque, ciertamente, el último capítulo se acerque bastante más al esperpento). En Vespa, la primera parte, es, a mi entender, la más alegre y optimista. Este Nani Moretti no sabrá dar ni un paso sobre una pista de baile pero, oye, en cuanto se sube a lomos de su flamante Vespa, con su casco blanco, se transforma en una radiante y feliz hormiga atómica, siempre acompañado por una buenísima banda sonora: ¡entonces sí es un bailarín de los mejores y más imitados! Recorreremos los barrios de Roma reflexionado sobre asuntos varios y abordando a ocasionales ciudadanos para que nos ayuden en nuestras deducciones, para terminar nuestro paseo en Vespa en un emotivo recuerdo al gran director de cine, escritor y poeta Pier Paolo Pasolini. En el segundo capítulo Nani Moretti se ríe un poco de toda esa manifiesta vanidad intelectual que exhuman al exterior algunas personas cultas. Y lo hará de una manera muy explícita y graciosa: en la persona de su compañero de viajes adicto a la televisión. Pero además en ese recorrido por varias islas del mar Tirreno (recorren Lipari, Salina, Stromboli, Panarea y Alicudi) satirizará igualmente la degradación medioambiental de las islas, la tiranía de los hijos únicos o la esclavitud o aversión de los isleños frente al emergente turismo estival, etc. En la tercera parte realizará un ácido sarcasmo de la profesión médica muy bien documentado y escalonado; una hermandad profesional que “sabe hablar mucho pero escuchar poco”. En suma es una preciosa película de un tipo normal y muy común, aunque “un poco imbécil, pero sólo un poco”,  que cuando se pone detrás de una cámara se transforma en un autentico fuera de serie, ingenioso y brillante. Una película que gustará y divertirá a todo el mundo (bueno, a todos no. Seguramente no será del agrado del colectivo médico. A no ser que sean capaces de hacer un sencillo ejercicio de sincera humildad y de reírse un poco de sí mismos).

 

 

6/ La vida es bella.

 

Director: Roberto Benigni (1952- ).

Año: 1997.

Nacionalidad: Italia.

Duración aproximada: 117 minutos.

Premio destacado: En 1998, 3 Óscars: Mejor Actor, Mejor Película extranjera y mejor banda sonora. 7 nominaciones en total.

Principales Intérpretes: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Giorgio Cantarini, Marisa Paredes, Giustino Durano.

 

Comentario: Una preciosa y dramática película que es el producto exitoso de un gran atrevimiento realizador: la mezcla continua de humor y drama. Y Roberto Benigni lo hace de forma magistral y hermosa. Desde el principio nos muestra al personaje principal como una buena persona, el joven Guido, se enamora de la bella Dora y tienen a su niño. Todo muy normal y corriente entre la joven pareja, hasta la llegada del horror más inhumano y desmedido, como sólo los humanos sois capaces de imaginar y ejecutar: la guerra y los campos de concentración nazis. En los campos de concentración la imaginación e invención de un padre intenta alivia el penar del hijo. Todo será un juego de puntos y con el añadido de un ilusionante premio final. Y todo de una forma ingeniosa, trabajada y… patética. Una película conmovedora e inolvidable. Con excelentes interpretaciones del propio Roberto Benigni, de Nicoletta Braschi y del asombroso niño Giorgio Cantarini. Cuánta locura es capaz de generar el ser humano y cuánto ingenio es capaz de mostrar ante las situaciones más dramáticas… ¡es casi increíble! Aunque ya se sabe, la vida real siempre supera en todo, en lo bueno y en lo malo, a la ficción del cine. Si buscáis una buena película para reír y llorar ésta es vuestra oportunidad de conseguir esa rara dualidad de sentimientos en un único, sorprendente y maravillo film. Inexcusable.

 

 

7/ La lengua de las mariposas.

 

Director: José Luis Cuerda (1947- ).

Año: 1999.

Nacionalidad: España.

Duración aproximada: 97 minutos.

Premio destacado: En 1999, Goya al mejor guión adaptado.

Principales Intérpretes: Fernando Fernán-Gómez, Manuel Lozano, Uxia Blanco, Gonzalo Uriarte, Guillermo Toledo.

 

Comentario: “Los maestros son la luces de la República”. Esta frase, que se oye en la película en boca del padre de Moncho, no es del todo cierta. Porque los buenos maestros, los que tienen verdadera vocación y honestidad, son las luces de la Republica, de la Monarquía, de la Democracia, de la Razón y, en cualquier caso, siempre son grandes o pequeños intelectuales que forman los verdaderos cimientos de toda posible civilización decente, democrática, tolerante y libre. Y esto, esta España nuestra, lo ha aprendido con sangre, como nos cuenta esta bella y dramática película. Aunque hoy, creo, ya hemos alcanzo un nivel democrático irreversible, no está nada mal homenajear en nuestro recuerdo con gratitud, como hace esta magnífica película, a todos aquellos vocacionales luchadores de encerados que armados de tizas, reglas y paciencia encauzaban a inquietos y revoltosos, a almas puras y legas, hasta atisbar todos esos espíritus prometedores, despiertos, curiosos y, algunos, esforzados, en los que hoy se reflejan nuestras sociedades democráticas. Otra frase de la película: “una sola generación que crezca libre en España y ya nadie nunca podrá arrebatarles la libertad”. Y eso ya ha sucedido en nuestro país, pero no sin tremendo sacrificios personales y dolores ideológicos: esto último fue la tan nombrada Transición a la Democracia, de Don Adolfo Suarez y Cia. Para este duende, Fernando Fernán Gómez, tal vez sea el actor más completo de todo la historia de nuestro cine (y es que, además, era un grandísimo intelectual) con enormes papeles en su bagaje artístico que se nos han quedado inexorablemente en el recuerdo. Pero en esta película se supera. Ese maestro a punto de jubilarse, Don Gregorio, es una maravilla de interpretación, insuperable e inolvidable. Y, aun siendo así, no es el mejor actor de la película: lo es Manuel Lozano, Moncho, un auténtico niño prodigio, espectacular y magnífico. Pero el recuerdo que perdura en mí de esta película sobre todos los demás es la escena final del camión con los republicanos alejándose hacia la muerte y con los niños detrás insultándoles y tirando piedras. Sinceramente no creo que nadie nunca, con tanta brillantez y dramatismo, haya reflejado en tan poco todo el odio, la sinrazón y la locura irracional del fascismo más despreciable. Y eso, verlo tan claro con imágenes tan explicitas y logradas, es bueno y aleccionador para toda alma democrática. Una película imprescindible que no hay que perderse.

 

 

8/ El hijo de la novia.

 

Director: Juan José Campanella (1959- ).

Año: 2001.

Nacionalidad: Argentina.

Duración aproximada: 124 minutos.

Premio destacado: En 2001, nominada al Oscar a la mejor película extranjera.

Principales Intérpretes: Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Verbeke, Eduardo Blanco.

 

Comentario: En opinión de este duende, Juan José Campanella es uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos. Su cine es un cine de autor; todo está cuidado, medido y supervisado por su extraordinario ingenio. Sus personajes: soberbios, humanos y naturales. Sus historias: bellas, emotivas y sinceras. Y estoy hablando de todas sus películas, todas las que he podido ver, claro. En fin, que soy un incondicional de su cine y, opino, en esta película se supera. Un tema que, ahora que parece que se nos alarga un poco a todos la esperanza de vida, tal vez muchos de nosotros estemos condenados a sufrir, directa o indirectamente: los problemas de la enfermedad del Alzheimer y sus consecuencias colaterales. El padre (Héctor Alterio) de Rafael (Ricardo Darín)  le comunica que quiere cumplir un sueño de su madre (una sencilla muchacha de barrio, interpretada por Norma Aleandro), internada en una residencia de ancianos aquejada del mal de Alzheimer; este sueño es casarse por la iglesia, pues su anterior boda había sido por lo civil. Este propósito trastorna la frenética vida de Ricardo, trabajo, viejas amistades, compromiso con su novia, relaciones con sus ex-mujer y su hija y otros asuntos nos van llevando a una emotiva y sencilla historia de amores, encuentros y desencuentros, todo tan normal y complicado como cualquiera otra cotidiana vida humana. Una historia que, como ya he dicho, nos puede pasar a cualquiera, ya sea en el papel de Ricardo, del padre, del amigo o, lo que nadie desea, de la enferma madre. Maravillosa película de sentimientos, humanidad y optimismo en las personas. Algo que siempre os hará mucha, pero que mucha, falta a los humanos en vuestras ajetreadas y alocadas vidas. No os la podéis perder, es un bello y sencillo soplo de alegría y optimismo. ¡Mil gracias Campanella!

 

 

9/ Los Lunes al Sol.

 

Director: Fernando León de Aranoa (1968- ).

Año: 2002.

Nacionalidad: España.

Duración aproximada: 113 minutos.

Premio destacado: En 2002, 5 Goyas: Mejor película, Director, Actor protagonista, Actor secundario y Actor revelación.

Principales Intérpretes: Javier Bardem, Luis Tosar, José Ángel Egido, Nieves de Medina.

 

Comentario: Una excelente película que se centra en el drama social del paro, hoy más lacerante que nunca en España. Lacra social, endémica en los sistemas capitalistas, a la que ningún político sabe enfrentarse con valentía y resolución ni encontrar solución a corto plazo, lo que nos hace pensar a todos que esto va para largo y así se perfilan esos personajes atormentados y deprimidos que tan bien se nos muestras aquí. Una ciudad portuaria con sus astilleros navales y unos personajes condenados al paro por las sucesivas reconversiones del sector naval será la guía argumental que le sirven al joven Fernando León de Aranoa para realizar una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. Las interpretaciones son todas magníficas (y esto que digo lo avalan los muchos premios cosechados por los actores), la de los principales y la de los secundarios, todos consiguen hacernos entrar en la narración y compartir los sentimientos de esas personas apartadas del trabajo en edad útil. Personas marginadas por la sociedad capitalista, desengañadas, empobrecidas, apáticas y con cierta rebeldía como desahogo desesperado y como orgullo personal (ya se sabe: el pobre, ante el rico y el poderoso, tiene que ser orgulloso). Personas que, de la noche a la mañana, la sociedad productiva les convierte en desechos inservibles a los que hay que mantener para evitar males mayores y que hace exclamar a alguna insensible, arrogante y acomodada gestora del mundo empresarial que no valen para nada. Sólo le habría faltado gritar a la delicada gestora: ¡Esclavos!, ¡Carne de cañón!, ¡Carroña! En fin, esta película también tenía que ser de obligada proyección en institutos de todo el país. Es mejor, más sincero y honrado por parte de las autoridades educativas, decirles a los jóvenes en su primera formación que nuestras sociedades productivas siempre los clasificarán en función de lo que sean capaces de ganar o de sus riquezas heredadas, por sus niveles de ambición o por sus avaricias personales, y no por sus capacidades singulares, irrepetibles personalidades o por su ridícula y desfasada humanidad. Tal vez por eso las Ciencias Humanas están de capa caída en la educación española actual. Y, seguramente por eso también, todavía estemos condenados a sufrir a ocurrentes lumbreras empresariales, como la mencionada señora que no sabe distinguir entre el necesario elemento intelectual y la necesaria mano de obra, binomio inevitable en todos los países del mundo, todos igual de imprescindibles y útiles en la sociedad, obviedad que nos exigen a todos algo más de respeto y prudencia. Por lo menos para que no afloren a los medios algunos sentimientos íntimos, por rancios e impresentables; cháchara irreflexiva e inaceptable por descubrir pensamiento totalmente desfasados, del Antiguo Régimen. Porque, hay que reconocer, que esta explosión de manifestaciones tan sincera representan en sí mismo toda la esencia milenaria de la lucha de clases, ¿verdad? Vamos, que de lo que sí podíamos prescindir, y sería deseable corregir, es de las barbaridades ocurrentes, improvisadas e inoportunas; de eso sí deseamos librarnos lo antes posible, señores empresarios. Bueno, que se trata una película inexcusable para todo buen cinéfilo.

 

 

10/ Los chicos del coro.

 

Director: Christophe Barratier (1963- ).

Año: 2004.

Nacionalidad: Francia.

Duración aproximada: 95 minutos.

Premio destacado: En 2004, 2 nominaciones a los Oscar: Mejor Película Extranjera y mejor canción original.

Principales Intérpretes: Gérard Jugnot, François Berleand, Jean-Baptiste Maunier, Jacques Perrin.

 

Comentario: En mi opinión, una de las más hermosas películas que se han realizado en la última década. Una historia sencilla que ensalza los valores humanos y lo hace de la más asombrosa forma posible: con una extraordinaria banda sonora que no es otra cosa que voces celestiales de un coro de ángeles y que, por momentos, nos dejará completamente extasiados. Al internando de reeducación de menores Fondo del Estanque acude a trabajar de vigilante (una especie de tutor interno) un profesor de música: Clément Mathieu (Gérard Jugnot). Allí descubrirá la tremenda utilidad de la música para interesar y encauzar a unos revoltosos y difíciles niños. Una gran dirección que consigue ofrecernos una maravillosa y emotiva película que nos llena de buenos sentimientos y optimismo. Sobre todo por la moraleja final, donde se viene a decir que, en la mayoría de las ocasiones, la honestidad y el esfuerzo suele tener su justo premio en dosis de felicidad (aunque sea de forma anónima y discreta) y, por el contrario,  la vanidad y la arrogancia, representadas aquí por el personaje del director del centro señor Rachin, igualmente obtiene sus tristes consecuencias (pero, lamentablemente, los duendes sabemos que estos sencillos resultados no siempre son así). El argumento nos cuenta una bonita historia donde un alma buena y noble, con su actitud comprensiva y su ejemplo honesto, es capaz de cambiar para bien muchas cosas de las que se va encontrando en su camino. De dominar rebeldías, por ejemplo, y así, dar nuevos rumbos, mucho más optimistas, ilusionantes y esperanzados a todos esos niños, arrinconados y casi olvidados por la sociedad, con los que se encuentra al llegar al triste internado. En fin, ya sabemos que el cine idealiza hasta los extremos tanto a los malos como a los buenos personajes pero, aunque pueda parecer algo inocente y cándido por parte de este duende (lo duende somos así), quiero pensar que también el cine es el espejo de la sociedad y que ojalá todos nosotros nos crucemos en nuestras vidas con buenas gentes como el profesor Mathieu. Aunque (y si ahora nos queremos mostrar pesimistas), seguramente, os encontraréis a lo largo de vuestra vida con más directores Rachin que otra cosa; pues, entre los humanos, la mediocridad y la vanidad son muchísimo más abundantes que la honestidad y la bondad (¡toma píldora de duende, homo sapiens!).

 

 

“Cuando dirijo, hago de padre; cuando escribo, hago de hombre; cuando actúo, hago el idiota”. Jerry Lewis, actor cómico estadounidense (1926- ).

La República de la luz.

La República de la luz.

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