Hola a todos.
Hoy hablaremos del historietista español más internacional de todos los tiempos.
FRANCISCO IBÁÑEZ (1936- ).
Ilustrador español.
Algunos de sus personajes más importantes:
– Don Usura (1953).
– Melenas (1957).
– Kokolo (1957).
– MORTADELO Y FILEMÓN (en Pulgarcito, 1958)*
– La familia Trapisonda (en Pulgarcito nº 1418, 1958).
– 13, Rue del Percebe (en Tíovivo nº 0, 1961).
– El botones Sacarino (en DDT nº 628, 1963).
– Rompetechos (en Tíovivo nº 161, 1964).
– Pepe Gotera y Otilio (en Tíovivo nº 269, 1966).
– Chicha, Tato y Clodoveo (en Guai!, 1986).
(*).- La Primera aparición de Mortadelo y Filemón se produce el 20 de enero de 1958 en el número 1394 de la revista Pulgarcito. A partir de 1969 se editaría en aventuras completas de 44 a 48 páginas. Al día de hoy, año 2014, se han publicando más de 195 álbumes distintos de aventuras largas.
Sus personajes más populares, Mortadelo y Filemón, han sido llevados a series de animación, al cine, al musical y a los videojuegos. Entre 1965 y 1970, los Estudios Vara, produce 16 cortometrajes de unos 6 minutos cada uno con los que se montaron 2 películas. En los años 70 Rafael Vara Cuervo dirigió otra película de animación, El Armario del Tiempo. En 1994, BRB Internacional y Antena 3, produjeron una serie para la televisión de dos temporadas de 13 capítulos cada una, los capítulos tenía una duración aproximada de 20 minutos. Ya en el año 2003, Javier Fresser dirige la primera de sus películas con personajes reales, La gran Aventura de Mortadelo y Filemón, interpretadas por Benito Pocino (Mortadelo) y Pepe Viyuela (Filemón). La segunda parte se rodó en el año 2008, Mortadelo y Filemón, Misión: Salvar la Tierra, con la sustitución del actor que interpreta a Mortadelo por Eduardo Soto (no se alcanzó acuerdo con el actor Benito Pocino para esta segunda película). Este año 2014, se tiene previsto estrenar la tercera parte de la serie, Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo. Además estos populares personajes han sido llevados a los videojuegos y, en 2008, a un musical dirigido por Ricard Reguant. Por último decir que es la historieta más internacional de todas las españolas habiendo sido traducida al alemán, inglés, holandés, portugués, sueco, danés, francés, italiano, griego, finés, noruego, serbio, esloveno, turco, gallego y catalán. Vamos, que nadie en su sano juicio discutirá la tremenda popularidad y rentabilidad de estos alocados agentes especiales.
Y ahora un poco de su pequeña pero intensa historia.
Francisco Ibáñez Talavera nació un 15 de marzo de 1936 en Barcelona. No hemos encontrado información de su infancia, así saltamos y ya nos encontramos a nuestro protagonista de hoy trabajando en un banco y compaginando con este trabajo sus primeras colaboraciones gráficas en revistas infantiles de la época en Barcelona: Alex (1951), Chicolino y la Risa (1953). Para esta última revista creo portadas y sus primeros personajes: Don Usura, El coleccionista de relojes, La familia Repollino y su primer existo Haciendo el Indio. En el verano de 1957 se decide por dedicarse a la historieta de forma profesional y deja el banco para empezar a trabajar en la revista Paseo Infantil, pero esta revista cierra al poco tiempo. En 1958 Ibáñez pasará a trabajar en la revista Hipo, monito y Fifi de la editorial Marco para la que creará sus personajes de Melenas y el monito Kokolo. Por esta época empezó a colaborar con páginas de chistes en la revista DDT de la editorial bruguera. En aquella época las páginas de chistes era la antesala para hacerse un hueco y conseguir la ansiada página entera con tus propios personajes. Y Francisco Ibáñez lo consiguió. Lo consiguió de tal forma que hoy sabemos que ya forma parte de lo que se conoce como La 2ª generación de la escuela Bruguera, junto a otros destacados como Figuera, Gin, Nadal, Raf, Segura, Vázquez o Martz Schmidt.
Y su labor en Bruguera iba a ser muy fructífera. En aquella época de los tebeos era muy común añadirle al nombre de la historieta (o al de los personajes) una pequeña coletilla rimada, e Ibáñez propuso tres posible para su nueva serie: Mr. Cloro y Mr. Yesca, agencia detectivesca, Ocarino y Pernales, agentes especiales y Lentejo y Fideíno, detectives finos. Pero, parece ser, que fue la propia editorial Bruguera la que le sugirió el pareado del título definitivo para esta primera serie de gran existo, con unas sencillas referencias gastronómicas para los nombres, tal que la humilde mortadela y la de un filete. Así se produce la primera aparición de los personajes que le han dado más fama y gloria, los archiconocidos Mortadelo y Filemón, agencia de Información que se publican el 20 de enero de 1958 en el nº 1394 de la revista Pulgarcito. Filemón es el Jefe y Mortadelo su torpe y camaleónico empleado, y así iban a seguir durante toda la década de los sesenta. En esta primera época son aventuras de una página, aunque más adelante y debido al gran éxito que fue alcanzado, se extendieron en su paginación y llegaron a ocupar entre una y cuatro páginas. Por supuesto, eran aventuras en blanco y negro y aquella primera apariencia de nuestros personajes de papel no era tan estilizada como la que más tarde llego a alcanzar: Filemón era el jefe con una nariz aguileña y unos ropajes de detective estilo Sherlock Holmes; Mortadelo vestía con levita negra, sombrero de bombín (en el que solía guardar todos sus disfraces y artilugios) y paraguas negro. Pero nuestro autor, en toda la década de los 60, para la editorial Bruguera no solo creo los archiconocidos Mortadelo y Filemón sino también otros muchos personajes inolvidables de los chavales de la época: La Familia Trapisonda, un grupito que es la monda (en Pulgarcito, 1958), 13 Rue del Percebe (en Tíovivo, 1961), El botones Sacarino, el terror de la oficina (en DDT, 1963), Rompetechos, miopillo como un ladrillo (Tíovivo, 1964) o Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio (Tíovivo, 1966).
En 1969 se producirá un salto cualitativo en las aventuras de Mortadelo y Filemón, se publicará su primera aventura larga: El Sulfato Atómico. Las viñetas de nuestros simpáticos personajes ya habían ido depurando su aspecto y grafismo en los años precedentes: Filemón pronto abandonó su aspecto de detective novelesco para aparecer con su típica camisa blanca, pantalón rojo y pajarita negra (y sus dos pelos bien avenidos); Mortadelo siguió siendo calvo, gafapastas, con su característica levita negra y su facilidad para el disfraz, pero ya hacía mucho tiempo que había perdido su bombín y su paraguas negro. Pero es ahora, con la publicación de esta primera aventura larga, cuando se produce el verdadero despegue y modernidad de la serie. Nuestros héroes de papel pasan de detectives a Agentes de la organización secreta TIA (Técnicos de Investigación Aereoterráquea) y ya aparecerán algunos de los pocos personajes recurrentes que acompañarán a nuestros amigos: el Superintendente Vicente (el Súper), el patoso profesor Saturnino Bacterio o, algo más tarde (en la aventura titulada Gamberro de 1978), la robusta secretaria Ofelia. Esta época también supondrá una mayor libertad creadora para su autor pues, además de ir adaptando las aventuras a temas más actuales del momento, empezó a jugar de forma más creativa y original con las viñetas (aunque esto último lo volvió a abandonar más tarde para retomar el rígido guión de viñetas fijas). Desde esta primera aventura larga, se han publicado más de 195 nuevas historias y hemos podido ver a nuestros queridos personajes en infinidad de lances que tenían su escenario en eventos reales de nuestros tiempos: Olimpiadas varias, la Expo, las conmemoraciones del descubrimiento, la Transición, la llegada del Euro, el carnet por puntos, etc.
El año 1985 también iba a ser determinante para nuestro ilustrador de hoy. Este año abandona la editorial Bruguera y pasa a trabajar con la editorial Grijalbo en una nueva revista infantil: Guai! Por condicionantes legales la editorial Bruguera se quedó con los derechos de todos sus personajes previos a esta ruptura. Ibáñez se vio obligado a crear una nueva serie para la revista de Grijalbo: Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo y también la serie 7 Rebolling Street que era un trasunto de 13 Rue del Percebe. Durante los siguientes dos ó dos años y medio los personajes de Mortadelo y Filemón cayeron en manos de otros dibujantes “apócrifos” impuestos por Bruguera y que en algún caso habían sido colaboradores del propio autor, siendo los más conocidos Jesús de Cos, José Cubero Valero, Ramón María Casantes o Ramón Bernardó. Incluso se comenta y especula que otros dos reconocidos ilustradores de esa época Bruguera retocaron o entintaros aventuras de Mortadelo: Raf y Jan. En el año 1987 se publica la nueva Ley de Propiedad Intelectual, con la que nuestro autor recupera los Derechos de todos sus personajes y, en consecuencia, vuelve a trabajar a la heredera de la editorial Bruguera que será la Editorial B. En esta editorial seguirá realizando su vastísima producción gráfica que además se ha extendido a otros variados productos de merchandising, todo ello ha convertido a Mortadelo y Filemón, como ya hemos mencionado, en la serie española de historietas más popular e internacional de todos los tiempos. Francisco Ibáñez ha recibido prestigiosos premios y reconocimientos por su extraordinaria labor, destacando entre ellos el Gran premio del Salón del Cómic de Barcelona (en 1994), el Premio Haxtur al Autor que amamos, en el Salón Internacional de Cómic del Principado de Asturias (en 2000), y la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (en 2001). En los años 1969, 1974, 1975 y 1976 Mortadelo y Filemón reciben el premio Aro de Oro a los personajes infantiles más populares del año, ¡todo un auténtico récord!
Muchos de los chavales (humanos y duendes) de mediados del siglo XX en adelante aprendimos a leer en los tebeos. Pero los tebeos también tenían su escala evolutiva: primero empezamos a leer los tebeos infantiles de “monigotes” cómicos y más tarde se pasa a los “realistas” de aventuras más entreveradas y, sobre todo, algo más violentas. Es decir, que fuimos pasando de Zipi y Zape, Anacleto, Carpanta o Mortadelo y Filemón a Spirit, Corto Maltés, Blueberry, Spiderman o Conan, por poner un claro ejemplo. Pero, así lo creo yo, nunca olvidaremos a aquellos primeros e indestructibles Mortadelo y Filemón. “Indestructibles”, claro. El humor gráfico de nuestros primeros tebeos se basan en muchos sencillos gags muy recurrentes y comprobados pero, sobre todo, en algo que los americanos llama “Slapstick” y que podríamos interpretar por “destrucción y resurrección”. Como claro ejemplo de este recurso humorístico siempre se nos viene a la memoria las andanzas de la serie de dibujos animados El Coyote y el Correcaminos. Vamos, que siempre a todos (menos a la victima) nos hace gracia el batacazo por corteza de plátano, ¿verdad? De esta forma, cada vez que veíamos a Mortadelo con una caja de dinamita, un cañón gigante o un simple tirachinas, ya sabíamos que al jefe Filemón, al Súper o a cualquier otro personaje cercano le aguardaba una desagradable y dolorosa sorpresa: le explotaría la bomba, se electrocutaría, sería aplastado por unas rocas, le atropellaría un camión, etc. Eso sí, después de la explosión o desastre de turno, en la última viñeta, siempre veríamos al personaje aporreado como si nada o casi nada le hubiera pasado, persiguiendo a Mortadelo, enfurecido y escupiendo “palabrotas” dentro del “bocadillo” del estilo de: “serpiente, bomba, rayos, letras chinas o almohadillas”, que todos entendíamos y que debían de ser “la leche” de mal sonantes.
Los chavales de hoy día están muy “enganchados” a consolas o miniconsolas, y tienen a los tebeos por reminiscencias del pasado de sus (suelen pensar ellos) aburridos padres. Pero, me vais a permitir, yo deseo dirigirme ahora a esos “sosos padres” para pedirles que fueran ellos, los padres, quienes recordaran todos aquellos felices momentos que los queridos tebeos de su juventud les depararon, momentos de íntima, sosegada felicidad y sana alegría que, en mi modesta opinión, son instantes que están muy alejados de los frenéticos videojuegos de acción, luchas, muertes y destrucciones interminables; y que, aunque sólo fuera en homenaje a aquellas nostalgias, intentarán inculcar la bonita y placentera afición de la lectura de tebeos en sus niños y niñas. Porque, no nos cabe ninguna duda, que aquellas lecturas infantiles desenfadadas llevarán a otras lecturas juveniles más enriquecedoras y éstas a otras posteriores más serias, ya de curiosos adultos, cultos e independientes y por ello tal vez un poco más felices, o porque si algo nos enseñaban nuestros añorados tebeos de antaño era a saber reírnos de nosotros mismos, de nuestras pequeñas miserias infantiles y de nuestras locas ensoñaciones desmedidas de entonces. Y sonriendo nos despedíamos siempre de nuestros admirados personajes con un sentimiento de felicidad agradecida, sabiendo que nuestra cita semanal en el quiosco era sacrosanta y nuestra entrega de amigo era sinceramente fiel e indestructible. Podíamos faltar algún que otro día al cole, seguro (mamá me duele la cabeza, o es la barriga… ¡algo me duele!), pero al sagrado templo del quiosco del barrio… ¡por favor! Tal sacrilegio ¡jamás!
Todos sabéis a estas alturas del blog que este duende es un incondicional aficionado a los buenos tebeos, de todas las épocas, lugares y temas, pero si hago memoria sobre mis primeros tebeos infantiles de la editorial Bruguera o de la editorial Valenciana, siempre me vienen a la memoria de forma recurrente algunos que otros personajes de mis tebeos más queridos sobre otros: Pumby, Anacleto, Carpanta, Zipi y Zape y, sobre todos, Mortadelo y Filemón. No sé que tendrá este par de torpes agentes secretos (torpes pero que siempre triunfan, aun sin darse cuenta) que todavía hoy me río con sus tebeos. Bueno, me río yo y ya van varias generaciones más de felices lectores. Hoy quisiera terminar recomendando un libro muy bien editado, una pequeña joya, y que me resulta imprescindible para conocer en profundidad a nuestros héroes de papel de hoy: El mundo de Mortadelo y Filemón, de Miguel Fernández Soto, publicado en el año 2005 por la Editorial Dolmen. Creo que todavía lo podéis encontrar en alguna librería especializada o en tiendas de viejo en Internet. Si sois fans del Mortadelo, no lo dudéis, haceros con este libro y podréis hablar en cualquier foro y lugar con auténtica sapiencia de entendido documentado en asuntos de la TIA y, en cualquier caso una vez leído el libro con atención, siempre lo haréis demostrando el conocimiento y la sabiduría infalible del insigne profesor Saturnino Bacterio (¡huy, perdón! No sé si esto último ha sido muy oportuno).
“Me reiré de mí mismo, porque el hombre es de lo más cómico cuando se toma demasiado en serio”. Og Mandino, escritor estadounidense (1923-1996).
- Revista La Risa.
- Nacimiento de Mortadelo y Filemón.
- La Rue del Percebe, 13.
- Viñetas de Mortadelo y Filemón (I).
- Portada Mortadelo y Filemón.
- Viñetas de Mortadelo y Filemón (II).
- Pepe Gotera y Otilio.
- La Rue del Percebe, 13.
- El botones Sacarino.
- La Familia Trapisonda.
- La Familia Trapisonda.
- Rompetechos.