LA TARJETA POSTAL: EL PERRO DOMÉSTICO.

Hola a todos.

Hoy, quisiera homenajear con esta entrega de tarjetas postales a la mascota más querida y universal.

LA TARJETA POSTAL: EL PERRO DOMÉSTICO.

«Si recoges un perro hambriento de la calle y lo haces próspero, no te morderá; esa es la principal diferencia entre un perro y un hombre». Mark Twain, escritor norteamericano (1835-1910).

La familia al completo.

La familia al completo.

Las personas que han tenido alguna vez un perro por mascota, y por sus especiales sentimientos hacia ellos,  no se cansan de decirnos que el perro es El mejor amigo del hombre. Este duende no afirmaría con rotundidad si eso será exactamente así, porque otros dirán que lo es el gato o el caballo u otras mascotas que hayan recibido su particular cariño. Pero lo que sí que creo que se puede afirmar es que es la mascota doméstica más veterana. Se cree que la domestificación del perro se produce por primera vez en el Este asiático, concretamente en China, pero no se puede afirmar tampoco que esta domestificación haya sido puntual y localizada, sino más bien que fue múltiple en el tiempo y en el espacio. Aunque los primeros vestigios fósiles que nos demuestran la convivencia entre perro y humanos se pueden datar en torno a 32.000 años, se estima que esta asociación se podría producir desde hace unos 100.000 años. En un momento impreciso, que se nos pierde en la noche de los tiempos, algún Lobo Gris perdió el miedo a merodear por el campamento de la tribu en busca de comida fácil y quiso el destino que coincidiera con algún humano compasivo del clan que venció sus rechazos y se apiadó y encariñó de él, viendo, casi de forma inmediata, las grandes ventajas que le suponía la compañía de aquel primer can domestico. Y desde entonces hasta ahora. Se estima que existen unos 400 millones de perros domésticos en el mundo, siendo la mascota más popular después del gato.

Todo un artista.

Todo un artista.

La domestificación del lobo, es decir, la obtención de comida fácil y habitual, sumada a la gran variedad y dispersión de sus localizaciones de hábitats, conllevó cambios significativos en su morfología, dando lugar a la gran variedad de razas caninas de la actualidad, estimadas en más de 800 distintas, lo que supone más diversidad que cualquier otro animal mamífero conocido. Generalizando, se puede decir que las diferencias principales entre lobos y perros están en las mandíbulas (más grandes en el lobo), las orejas (más flácidas y caídas en el perro), los cráneos (el perro un 20% más pequeño), el tamaño del cerebro (un 10% más pequeño el perro) o el pelaje (más grueso en el lobo). Por tamaños podríamos establecer una escala que iría desde la raza mayor, el Gran Danés (o Dogo Alemán) que tiene una altura media de unos 107 cm en la cruz y un peso entre 75-100 kg, a la raza menor, el Chihuahua mexicano que puede tener alturas entre 15-25 cm y un peso entre 1,5-3 kg. El perro más pesado de todos es el San Bernardo que tiene medias de 80-100 kg y pasando de los 100 kg en muchas ocasiones. La vida media del perro tiene estimaciones muy distintas según el tamaño de su raza; las razas más pequeñas suelen vivir más que las razas grandes. Por término medio suelen vivir 14-15 años las razas pequeñas (algunos tiene la costumbre de equiparar un año del perro a siete del humano) y la mitad para las razas mayores, aunque algunos han llegado a vivir de forma excepcional más de 20 años.

Tiempos de guerra.

Tiempos de guerra.

De los sentidos del perro, el gusto y el tacto son los dos menos importantes y estudiados pero, por el contrario, los otros sentidos son muy importantes, agudos y conocidos y han sido la causa de su gran valor y su extraordinaria utilidad como mascotas. Los perros tienen una vista sin gran agudeza visual y, además, son daltónicos: perciben bien el amarillo y el azul, pero el rojo lo ven amarillo y el verde, gris. En cambio, todos tienen una visión nocturna extraordinaria y perciben de forma perfecta y rápida el movimiento. Algunas razas, como los Rottweilers, tienden a una pronta miopía. El oído del perro es muy superior al de los humanos, sus orejas son accionadas por múltiples músculos que las pueden levantar, girar, inclinar y, en suma, orientar hacia la fuente del sonido, así perciben los sonidos antes y desde mayores distancias. El hombre siempre se ha valido de esta agudeza auditiva del perro. Por poner un claro ejemplo, lo utilizó en las trincheras de la Primer Guerra Mundial para alertar a la tropa de cualquiera aproximación inesperada e indeseada por parte del enemigo.

Los policías más famosos del mundo.

Los policías más famosos del mundo.

El sentido más importante de los perros es el olfato, pues su bulbo olfativo en el cerebro es unas 40 veces mayor que el de los humanos y tiene, según razas, entre 125-220 millones de receptores olfativos (el hombre tiene unos 5 millones y en una superficie mucho menor), lo que supone que los perros pueden reconocer olores en concentraciones casi 100 millones de veces inferiores a las que pueden reconocer los hombres. Y dentro de las razas caninas hay una campeona como seguidora de rastros: el Bloodhound (San Huberto), que tienen nada menos que 300 millones de receptores olfativos. Y, por último, lo que nadie puede discutirle al perro es su gran inteligencia (grande comparada con cualquiera otra mascota, y siempre que podáis discutir con un perro, claro). Se tiene demostrado que el perro es capaz de reconocer hasta unas 200 palabras humanas en su adiestramiento. Todas estas cualidades han hecho del perro la mascota más valorada, querida y longeva en las sociedades humanas de todos los tiempos y lugares (bueno, incluso en algunos lugares de nuestro mundo el perro forma parte de la cotidiana dieta humana, sobre todo en el sureste asiático, pero este es un tema triste y antipático para este duende y no lo voy a tratar).

El final del día.

El final del día.

Han existido un gran número de perros famosos y mediáticos. Ahora mismo me acuerdo de Rin-Tin-Tin (Pastor Alemán) y el cabo Rusty, en la serie de aventuras en el oeste (1954-1959); Lassie (Collie), la perra más famosa del mundo; la perra Laika (Husky Siberiano), la primera perrita astronauta (Sputnik 2, 1957); o Rex (Pastor Alemán), el perro policía austriaco. En cuanto a lecturas, podemos recordar las novelas infantiles de la perra Lassie o (aunque se trate de un perro lobo) el buen libro de Colmillo Blanco de Jack London (1876-1916). En cine, además de la película que mencionaré un poco más adelante, quiero recomendaros un par de películas. El Último Cazador (2004), dirigida por Nicolas Vanier. Es una película-documental que nos muestra con cierto cariño y sinceridad la dura vida de un oficio que, la verdad, ya ha desaparecido. En esta película podremos apreciar la gran hermandad que se da entre el trampero y sus perros de tiro. Y la segunda película es Bajo cero (2006), dirigida por Frank Marshall e interpretada por Paul Walker y Jason Biggs; esta película narra la extrema venturas de un grupo de perros de trineo que son abandonados en el crudo invierno antártico y tienen que sobrevivir en espera de su posible rescate por parte de su adiestrador; tiene momento épicos y dramáticos pero conmovedores y asombrosos. Muy buenas películas ambas, no os las perdáis.

El inolvidable perro detective, Pickles.

El inolvidable perro detective, Pickles.

Y luego tenemos los verdaderos héroes de gestas admirables, tal vez menos mediáticos pero mucho más inolvidables:  Pickles, que encontró la copa Jules Rimet del mundial de futbol de 1966, que había sido robada; Canelo, en Cádiz, que durante doce años estuvo esperando a las puertas del Hospital Virgen del Mar la salida de su dueño que había fallecido (esta historia del fiel Canelo me viene bien para recomendar una película: Siempre a tu lado -Hachiko-, dirigida por Lasse Hallström e interpretada por Richard Gere, en 1990; basa también en hechos reales, los de un perro en Japón muy similar a la del bueno de Canelo); la accidentada historia durante la Segunda Guerra Mundial de la perrita Judy (pointer), la primera “prisionera de guerra” canina de toda la historia y que por sus meritos fue condecorada en 1946 con la Medalla Dickin (o la Cruz de la Victoria de los animales) por las Fuerzas Armadas inglesas; o el perro Barry (San Bernardo), que, a principios del siglo XIX y a lo largo de su vida, salvó a más de 40 personas de morir congeladas por avalanchas de nieve, dando lugar a que en los tiempos actuales todos le tengamos sincera simpatía a ese grandullón con un barrilito de brandy al cuello. Y, si tenéis curiosidad y exploráis por la red, encontrareis muchas otras historias asombrosas y maravillosas protagonizadas por estos héroes a cuatro patas.

¿Cómo no se les va a querer?

¿Cómo no se les va a querer?

Los perros domésticos han sido utilizados por los humanos en todos los lugares y en todos los tiempos, no sólo como animales de compañía  y juegos sino, por sus extraordinarias cualidades sensitivas, como guardianes, rastreadores de vida y muerte, cazadores, carreras deportivas, trineos, policías y actividades humanitarias varias. No hay en nuestra historia ningún otro animal tan valioso y estimado por los humanos (y por los duendes), por sus valores innatos e inteligencia destacada, por su sincero cariño y su fiel amistad hacia sus dueños, en suma, por su demostrada nobleza. En fin, que este buen amigo del hombre es así de bien valorado y estimado por la mayoría de nosotros por méritos propios y no creo que nadie se atreva a discutirlo, y menos cuando te miran con esos ojos que parecen leernos el pensamiento y entenderlo todo. Por eso queremos condenar y calificar como inhumanos, de forma firme y clara, a todos esos desaprensivos y frívolos personajes que cuelgan al galgo de un árbol o abandonan a los perros a su suerte en una carretera secundaria cuando se cansan de su compañía o se convierten en un obstáculo para sus próximas vacaciones. El perro domestico se merece un trato más digno y humano, además de un cariño que este a la altura del que él da, se merece estar con nosotros y compartir nuestras vidas para así enriquecer nuestra historia conjunta, pues está demostrado que estando juntos, los perros y los humanos (o los duendes), nos va mucho mejor. Sólo nos queda añadir que deseamos que esta convivencia hermosa y sincera dure para siempre y que sea fuente de inspiración para narrar otras aventuras o rodar buenas películas con ellos de protagonistas: ¡Toby, guapo, te lo merece!                   

 “Si los perros no van al cielo, cuando muera quiero ir a donde ellos van”. Will Rogers, humorista y actor estadounidense (1879 – 1935).

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