Hola a todos.
Hoy le toca, en opinión de este duende, al mejor y más influyente ilustrador de portadas de todos los tiempos.
Norman Rockwell (1894 – 1978).
Ilustrador y fotógrafo estadounidense.
Algunas de sus obras más destacadas:
– Pues en este caso, está claro, todas y cada una de las cientos de portadas publicadas para la revista semanal The Saturday Evening Post, para la que fue ilustrador principal desde 1.916 hasta 1.963.
– También podemos destacar sus ya famosas campañas publicitarias para firmas tan conocidas como McDonald’s, Coca-Cola y otras muchas varias que han servido de referencia a futuros ilustradores de publicidad.
Norman Rockwell siguió un proceso formativo muy similar al de tantos otros ilustradores. Así, al demostrar sus dotes para el dibujo desde muy temprana edad, ya a los catorce años, en 1.908, entra a estudiar dibujo en la academia Chase School de Manhattan, y tan solo dos años más tarde ya estudia anatomía y perfecciona su extraordinaria técnica de dibujante en el prestigioso Art Students League de Nueva York. En el año 1.916, teniendo tan solo 22 años, se le ofrece ser el ilustrador oficial de la popular revista semanal The Saturday Evening Post, y ya no dejaría de asombrarnos con sus magnificas portadas hasta el año 1.963, la friolera de ¡47 años ininterrumpidos! Siempre reconoció su amistad y la gran influencia que ejerció sobre él otro gran ilustrador de portadas del Saturday Evening Post, Joseph Christian Leyendecker (ya le dedicaremos otro día en el Scriptorium un artículo a este otro gigante de la ilustración, pero… cuando pueda ser). Aunque sus pinturas y dibujos eran de lo más tradicional y figurativos, también se vio atraído por la obra del artista Jackson Pollock (1912-1956), una de las figuras principales del denominado Expresionismo Abstracto.
El trabajo de ilustrador de este genial artista se puede dividir en varias fases. Un fase inicial que iría hasta principios de los años 30, donde su maestría del oficio se centra en el dibujo de niños, destacando sus facetas más infantiles y juguetonas, sus travesuras, sus riñas, sus burlas, etc. Una segunda fase que irá hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial, donde sus trabajos van acordes con los tiempos prebélicos y bélicos que le toco vivir: aires patrióticos, propaganda militar y, en suma, asuntos más serios y tristes. La tercera fase de sus dibujos va hasta el año 1960, en esta fase sus temas preferidos serán los tiernos y amables y de carácter social, así le veremos dibujar a matrimonios mayores en escenas cómicas, de nuevo niños, escenas de deporte y un largo etcétera, y en casi todos estos dibujos destilaba su particular y vigorizante sentido de humor. Sus última época que va desde 1960 hasta su abandono de la profesión ya será una época más incisiva y concienciada de las injusticias sociales y así nos mostrará ilustraciones de carácter más mordaz y crítico, no exentas de ironía hacia la sociedad norteamericana, pero siempre desde un punto de vista amigo y de defensa del débil, a favor del multiculturalismo y la integración de las minorías. De esta última época, en torno al año 1963, son dos de sus más famosos y discutidos cuadros: La justicia del Sur (Southern Justice), en la se ve la muerte de dos activistas de la lucha contra la segregación racial, y El problema con el que todos vivimos (The problem we all live with), en el vemos a una pequeña niña negra escoltada por cuatro Marshals de camino a su primer día de colegio en Nueva Orleans.
Norman Rockwell, en 1977, recibió la más alta distinción social de la nación norteamericana: la Medalla Presidencial de la Libertad. El artista murió el 8 de noviembre de 1978, a la edad de 84 años, después de una larga enfermedad debida a un enfisema pulmonar (toda su vida fue un fumador empedernido). Su legado es impresionante con más de 4.000 obras acabadas. En la actualidad tiene dos museos dedicados en los Estados Unidos, siendo el más conocido y visitado el creado cerca de su población de residencia: el Museo Norman Rockwell de la ciudad de Stockbrige en Massachusetts, donde se exponen buena parte del legado artístico del dibujante y muchas de sus pertenencias personales y que además organiza a lo largo del año eventos culturales de todo tipo entorno al artista; y hay que deducir que con gran acierto, brillantez y éxito, pues el museo recibe todos los años a decenas de miles de visitantes y admiradores de este irrepetible y magnífico ilustrador.
Creemos que nadie en la historia de la ilustración ha reflejado con tanto cariño, sinceridad y precisión a la sociedad norteamericana. Con su fina ironía, su ocurrente humor y asombrosa maestría profesional, Norman Rockwell nos muestra su país con toda la franqueza posible, con sus miserias y alegrías, en épocas bélicas y de paz, en la abundancia y en la pobreza, desde la niñez hasta la ancianidad, el deporte o la religiosidad. En suma, nos abrió su corazón de forma franca para enseñarnos, a Estados Unidos y al mundo entero, lo que más quería: su país y su gente. Sólo por este gesto de grandiosa sinceridad humana, sin entrar siquiera a valorar su magnífica calidad profesional y su impresionante legado de obras gráficas más que magníficas, ya debe de figurar como uno de los más grandes, de forma incuestionable e inolvidable, en la historia del Arte Gráfico Contemporáneo. Y la mejor prueba de su gran nivel artístico es que, como ya ocurre, sus dibujos seguirán por muchos años decorando las paredes de miles de hogares norteamericanos y de medio mundo.
No me queda ya nada más que decir de este extraordinario dibujante, sólo recomendaros de forma fehaciente que, si todavía no lo conocéis, no dejéis de buscar las obras de este artista, podréis admirar todos sus detalles y pequeños matices, disfrutaréis y os divertiréis con ellas de lo lindo, no os arrepentiréis, os lo garantizo. Quisiera terminar con una frase que, seguro estoy, le agradaría sobremanera a Norman Rockwell y no dudaría en suscribir, ¡va por ti, maestro!
“Mi patria, con razón o sin ella, pero siempre mi patria”. Creo que es una frase del Almirante estadounidense Stephen Decatur (1779-1820).
- Día de Acción de Gracia.
- De camino a la parroquia.
- La Licencia de Matrimonio.
- Antes del pinchazo.
- Velocidad.
- El fugitivo.
- Once hombres sin piedad.
- La puesta de largo.
- La regla de oro.