Hola a todos.
Bueno, vamos a empezar con los temas más melodiosos.
LA TARJETA POSTAL: EL VIOLÍN.
Violín: Instrumento musical de cuerda frotada, el más pequeño y agudo entre los de su clase, que se compone de una caja de resonancia en forma de ocho, un mástil sin trastes y cuatro cuerdas que se hacen sonar por medio de un arco.
Bueno, esta es la definición del violín de la Real Academia de la Lengua pero, para los que disfrutamos de la buena música, el Violín es algo más, mucho más.
El violín es el hermano menor de la Viola y tendrán sus inicios en los comienzos del siglo XVII. Creo haber leído que el maestro italiano Claudio Monteverdi lo utiliza en su ópera Orfeo en el año 1.607 y desde este momento su popularidad y difusión ya no ha dejado de crecer. Hoy día es uno de los instrumentos musicales más extendidos y populares de todo el mundo, existiendo distintos tamaños de violines destinados a adultos, chicas (de manos más pequeñas y gráciles, para ellas existe un modelo llamado” Lady”) y para niños. El violín, hoy día, suena con profusión en todo el orbe, especialmente en el folklore irlandés y por extensión en el country americano, muy usado en el tango argentino, por los mariachis de México, por toda Europa en fiestas y celebraciones, en algunos grupos inolvidables de buen jazz y, claro, en la música sinfónica más exquisita además de en música de cámara con la interpretación de pequeños y virtuosos grupos.
Los novicios del violín, en cuanto van cogiendo un poco de soltura, pronto pasan a atrevimientos propios de virtuosos más avezados en el manejo de este instrumento: Pizzicato (pellizcar las cuerdas), trémolo (mover el arco de arriba abajo muy rápido), vibrato (hacer vibrar los dedos entre las cuerdas), Glissando (mover la mano izquierda de arriba abajo sobre las cuerdas o col legno (tocando con la parte de madera del arco), entre otros. En fin, un mundo de posibilidades y experiencias para cualquier músico vocacional con ganas de progresar y divertirse (que se lo pregunte al famoso Sherlock Holmes, unos de los mejores intérpretes de violín que este duende ha conocido, pero su natural modestia y su ajetreada vida nunca le permitió dar un recital como Dios manda. Una verdadera pena, aunque… elemental.)
Y todo lo dicho hasta ahora ha sido posible, en gran medida, gracias a la población de Cremona, una mediana ciudad del norte de Italia, a la que el mundo entero le estará por siempre en deuda por habernos proporcionado los mejores y más excelsos Luthiers de todas las épocas, guía y ejemplo para todos los artesanos posteriores de todo el mundo. Los grandes Luthiers de Cremona, maestros artesanos que fueron capaces de crear obras maestras de elegancia, precisión y belleza que todavía hoy día, casi trescientos años después, siguen sonando de manera singular e inigualable, cotizándose, los escasos supervivientes de aquellos maravillosos violines, en millones de euros. Los Andrea Amati (1.505-1.577), Antonio Stradivari (o Stradivarius, en latín, 1.644-1.737) o Giuseppe Guarneri (o Guarnerius, 1.698-1.744), son un ejemplo imperecedero del buen hacer humano, del trabajo hecho con amor y conocimiento, que del humilde abeto supieron crear el milagro de un violín lleno de bellas y subyugantes melodías para disfrute de las futuras generaciones de medio mundo: ¡Viva Cremona y Viva Los Luthiers! (ay, disculpar estos arrebatos impetuosos. Cosas de duendes).
Algunas de mis recomendaciones. En música clásica yo os recomendaría algunas de las nuevas versiones de temas de Pablo Sarasate (1.844-1.908), interpretadas por muchos y muy buenos violinistas posteriores, y cualquiera de las grabaciones del gran Yehudi Menuhin (1.916-1.999). También os recomendaría sin dudarlo al famoso cuarteto Kronos Quartet, es una Clásica mucho más actual, o escuchar algunos de sus discos que ya tiran a la música de Jazz, New Age o World Music, un auténtico lujo de grupo de cuerda que os garantiza largos minutos de muy buena música.
En Jazz, yo os recomiendo algo de Jean-Luc Ponty (1.942- ), Joe Venuti (1.903-1.978) o del grandísimo y fabuloso Stephane Grappelli (1.908-1.997), sobre todo los discos de éste último con el extraordinario guitarrista de origen gitano Django Reindhart (1.910-1.953), en mi modesta opinión, insuperable calidad de interpretación y bellas melodías que son un hitos dentro de la historia del Jazz Clásico. ¿El violín en el cine?, pues Violín Rojo de François Girard de 1998, y, tal vez, La última primavera o El violinista que vino del mar de Charles Dance de 2004.
Bueno, mientras este duende ha estado escribiendo estas letras, en una calurosa tarde de finales del mes de Junio en el Mediterráneo alicantino, tenía de música de fondo un maravilloso Cd del maestro del violín Stephane Grappelli, I hear Music, del año 1.971, y os puedo asegura que, entre la magia de las palabras y las encantadoras melodías, el tiempo se me ha evaporado como rocío de rosas, sin percatarme de ello he estado flotando entre nubes de recuerdos y sumergido en placentera música de violines, con un vasito de hidromiel de 5 años, para acompañar. Y, si no estáis de acuerdo conmigo en que esto es un poco de paraíso en la tierra, entonces este duende se rinde y manifiesta que no comprenderá nunca a los humanos y, por esta causa, me condenáis a volver a la triste soledad en el bosque profundo donde no hay internet ni blogs ni nada por el estilo, ¡Qué cruel!, ¿no?
«En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilde y debilitar la envidia y el odio, como la Música. » Martin Lutero, fraile y teólogo alemán (1483-1546).
- Lección magistral.
- Enamoradas.
- Violín danzante.
- El Ensayo de la lección.
- Asombroso virtuoso.
- Amor sin palabras.
- A las hadas les encanta el violín.
- Melodías compartidas.
- Nostalgia.